Rendimos homenaje a los más puros sentimientos que adornaban a Daniel Alcides Carrión, en el año de 1885, frente al sufrimiento ajeno y a la impotencia de comprender y tratar una enfermedad transmisible, que experimentado en sí mismo, llevaran al temprano sacrificio de su vida.
Ser médico significa que se han completado los estudios en una Escuela o Facultad de Medicina y que casi siempre han continuado con una Residencia médica, quirúrgica o de especialidades. Esta profesión tiene que aprenderse y no hay después de graduado, dedicaciones parciales a ella sino más bien en forma exclusiva y permanente, no significando por este motivo que el médico no sea un buen esposo, un buen padre o un buen ciudadano.
La medicina comprende el aprendizaje de la ciencia médica pero también educa y promueve que el médico adquiera atributos personales, humanísticos y profesionales, ya que la Medicina tal como la conocemos en nuestros días depende mucho de la ciencia y del método científico.
El método científico debe ser parte de la educación médica integral en cualesquiera de sus niveles, sean estos pre-médicos, médicos, en la residencia, y lo que es más importante, en la educación médica continua de toda la vida.
La ciencia biomédica es fundamental para comprender la enfermedad, hacer el diagnóstico, aplicar nuevos procesos terapéuticos y apreciar la complejidad y oportunidades de las nuevas tecnologías.
La circunstancia de ser un médico y comprometerse con el aprendizaje para toda la vida, significa que se posea una sólida base científica, no sólo para adquirir y apreciar nuevos conocimientos, sino también para aplicarlos en el tratamiento de los enfermos; debe saber entender los reportes más recientes de los periódicos médicos y debe tener referencias que bordean las fronteras de la medicina actual con la profunda convicción de que ésta será una conducta constante y permanente.
Entre los años de 1850 a 1950 hubieron grandes progresos de la bacteriología, la antisepsia y asepsia, anestesia y la cirugía. Hubo el importante descubrimiento de la Insulina, de las sulfonamidas y de la penicilina; se aplicaron los conocimientos químicos y físicos al estudio de la sangre, de la orina y de los otros líquidos orgánicos y se introdujeron los Rayos X y la esfingomanometría.
Sin embargo, en los últimos 50 años, el avance de la Medicina ha sido explosivo; se han hecho grandes inversiones en los países desarrollados en las áreas de la investigación biológica y de las ciencias relacionadas a la salud y hoy en día gracias a conocimientos fundamentales, se conoce el rol del ácido desoxirribonucleico, el papel de los genes, de los protooncógenos y de los oncógenos en el origen de las enfermedades más diversas.
El cáncer del colon, del estómago, del páncreas, del ovario, de la próstata y de la mama, por apenas mencionar algunos, tienen un trazo genético definido y con reconocimiento específico en cada uno de ellos. Más aún, todos tenemos en nuestro organismo genes supresores que nos defienden, que nos amparan, que nos protegen, de estos genes agresores.
Muy recientemente se ha descubierto en el cuerpo humano una proteína denominada Herstatina que neutraliza la acción del gen HER-2, el cual interviene en hasta el 30% de los casos de cánceres ováricos, de la mama y gástricos.
Esta proteína descubierta por los Drs. Gail Clinton y John Doherty de la Universidad de las Ciencias de la Salud del Estado de Oregón en los Estados Unidos de América, podría contribuir a nuevos tratamientos contra el cáncer ya que la Herstatina es un inhibidor natural del oncógeno HER-2.
El estudio de la inmunología y de la genética nos brindan un campo inimaginable en el estudio de las enfermedades y no cabe duda de que será el ámbito en que se mueva toda tentativa anticancerosa en los próximos años.
Situaciones y enfermedades en apariencia tan diferentes como es el caso de vivir constantemente en condiciones de riesgo, ser protagonistas de hechos violentos o muertes inesperadas como ocurre en los inapropiadamente llamados “accidentes de tránsito”, o la homosexualidad o enfermedades como es el caso de algunos linfomas, cuadros selectivos de mal absorción intestinal, arteriosclerosis o daltonismo, tienen que ver con un comportamiento genético o defectos de algunos de los genes que hereditariamente pueden condicionar estas anomalías en determinadas familias.
Muchos miles de años tiene la humanidad; hoy, con todos los avances de la medicina, tenemos que reconocer sin embargo que los agentes infecciosos, conocidos algunos hace mucho tiempo y otros recientemente descubiertos o identificados, constituyen una amenaza todavía no comprendida y que se da en diversos sentidos.
Así por ejemplo, el reconocimiento de que hay partículas infectantes sub-protéicas como son los priones capaces de ocasionar enfermedades como la de Creuzfeldt Jakob en los seres humanos o en los animales la llamada Enfermedad de las Vacas Locas, o el descubrimiento de virus desconocidos como es el caso de la hepatitis C que al tener un gran potencial inmunológico desencadena o se interrelaciona con el compromiso de otros órganos como son el riñón y el páncreas o el ya conocido virus de la Inmunodeficiencia Humana cuyo síndrome se reportó en el Perú por la primera vez en el año de 1983 y hasta finales de 1997 ya habían 5433 casos notificados y con varios miles de sero-positivos en el país.
La epidemia de Cólera que asoló al Perú en 1991 afectó a más de 322000 personas que junto al rebrote de la malaria dice mucho de nuestras deficiencias de Salud Pública y de nuestra educación, de nuestra desobediencia habitual a principios elementales de higiene y cuidados en la preparación y consumo de los alimentos.
Bacterias como el Helicobacter Pylori, el posible desencadenamiento de enfermedades como la Diabetes Mellitus, la Colitis ulcerativa o la Enfermedad de Crohn por agentes infecciosos virales o de otra naturaleza, nos hacen pensar que hay un insospechado campo de estudio de los microbios y sus consecuencias en los años que vendrán.
El mal uso de los antibióticos y de los quimioterápicos, la prescripción masiva e indiscriminada de agentes antibacterianos con la consecuente alteración de la ecología del medio interno, harán que aparezcan cada vez más, microbios más recientes a los medios terapéuticos, al extremo que se considera que este será el principal problema de la humanidad de los próximos 25 años.
En los momentos actuales el profesional médico tiene que tener una mentalidad y actitud eminentemente de defensa de la ecología y del medio ambiente. ¿Cuántas alteraciones genéticas y de contribución a la epidemiología del cáncer por ejemplo están ocasionando los humos y ruidos en nuestra ciudad?; ¿por qué asistimos impávidos a la construcción de represas que no respetan la ecología y se destruyen para siempre no sólo especies animales sino también vegetales y los paisajes?. La mayor parte de las minas de Perú desaguan a los ríos, a las lagunas, al mar, o simplemente a las quebradas o valles, sin ningún control y con una pavorosa agresión al medio ambiente atentando contra la misma esencia de la supervivencia de nuestro querido país.
Todos los médicos que estamos aquí presentes hemos trabajado o trabajamos en una o más instituciones. Tenemos un vínculo laboral y condiciones de vida estrechas pero que nos permiten sobrevivir. ¿Pero estamos haciendo algo por los médicos que no tienen trabajo estable o están desocupados o subempleados? No nos hemos solidarizado con los médicos recién egresados que por disposiciones legales del país tienen que hacer sus servicios obligatorios en lugares alejados sin las mínimas condiciones de dignidad o amparo por parte del Ministerio de Salud, resolviendo desde el punto de vista de las autoridades un problema de cobertura a bajo costo pero sin preservar las condiciones humanas de nuestros jóvenes colegas.
Estimadas amigas y amigos aquí presentes:
Ser médico en los momentos actuales constituye un verdadero desafío para todos nosotros. Veamos con mucha fe y esperanza los tiempos venideros; mantengamos siempre firme nuestra voluntad indesmayable y que el pesimismo y la derrota no se asienten en nuestros corazones. Hay definitivamente mucho por hacer en nuestro querido Perú.
Muchas gracias.
Discurso de Orden por el Día de la Medicina Peruana, Sesión Solemne del Colegio Médico del Perú, Consejo Regional V, Arequipa, 5 de Octubre de 1999.
No hay comentarios:
Publicar un comentario