La Quinta Salas es un fundo agrícola que prácticamente en pleno centro de la ciudad de Arequipa y en la rivera del río Chili, conforma un conjunto de especial belleza, además de contribuir decididamente a mejorar las condiciones ambientales de una ciudad tan descuidada y con un alto grado de contaminación, sea esta atmosférica o sonora por ejemplo, y con peligrosos niveles de eliminación de aguas servidas y de todo tipo de desechos hacia el río Chili. Cuánto mejoraría la belleza de Arequipa si este río fuese adecuadamente tratado, con limpieza de sus orillas y manejo ambiental de sus aguas y sobretodo de los peligrosos desagües, que felizmente, aunque tímidamente, se está recientemente enfocando a nivel de personal técnico y de algunos distinguidos profesionales independientes.
Debe hacerse un esfuerzo muy grande para que la Quinta Salas quede como lo que es, un terreno agrícola muy representativo de la desfalleciente y cada vez más reducida de lo que fue la incomparable campiña arequipeña.
Sin embargo es muy triste comprobar como se ha convertido la frentera que da al Puente Grau en un “lavadero de carros” y hasta se han hecho instalaciones de energía que utilizan las aguas del río sin tener en cuenta ninguna norma de higiene, salubridad o manejo de desperdicios que van por supuesto a contaminar más aún Las aguas antes mencionadas. Lamentablemente la imagen que se ve a diario es deprimente y las autoridades harían bien, muy bien, en poner fin a este triste espectáculo que tanto compromete la belleza de nuestra querida Arequipa.
Arequipa, febrero de 2008.
Publicado en el diario El Pueblo de Arequipa el día sábado 16 de febrero de 2008, en su página Editorial.
Bueno, para empezar, la Quinta Salas nunca ha estado considerada como fundo agrícola, sino más bien como un terreno urbano. Sino mire bien el título del terreno. Ahora con la ley 29090 ya no existen islas rústicas y menos terrenos agrícolas en los cercados de los distritos y provincias. Por tanto, la Quinta Salas es terreno totalmente urbano. Bien harían las autoridades y algunos personajillos en dejarse de majaderías y hacer lo posible por fomentar el desarrollo urbano de la zona de manera equilibrada y sostenible en aras del progreso de la ciudad sin añorar como las viejas agoreras el pasado inmovilizador. Es tiempo de dejar paso al desarrollo del capitalismo que crece a costa del campo. Esa es una ley de la historia y de la sociedad y ninguna vieja agorera la podrá parar.
ResponderEliminarBravo, me uno a ese comentario ¡Abajo las viejas agoreras que quieren detener el cambio! ja, ja viejas agoreras ¡que´buena!
ResponderEliminar