Queridos todos:
No es sencillo evocar a una persona que como mi papá o vuestro abuelo, fue una persona compleja y que en su trayectoria de vida hizo muchas cosas que merecen destacarse. Pero Jorge ha evocado de manera muy precisa y justa algunos de los rasgos centrales de su personalidad y modo de ser, Rosa lo ha ubicado en nuestro Panteón particular y Jesús ha descrito algunas de las cosas que hizo. Esta fue instantántanea, de esas que requieren la casi coincidencia entre pensamiento y acto, porque vacilar un instante implica la tragedia. Era el río Majes y de crecida y dos adolescentes arrastradas por la corriente. Fue un acto en que demostró su coraje, arrojo, fuerza física, destreza y confianza en si mismo. Mi papá arriesgó y ganó. Su suegro le había encargado cuidar de sus hijas y él estaba dispuesto a no volver si no era con ellas. Más sentido de la responsabilidad no se podía pedir.
Yo quiero destacar otro hecho que ustedes ya han leído en la semblaza de homenaje a mi tío Agenor, otro de nuestros santos familiares. El viaje de Majes a Monobamba. Fue un viaje tremendo, casi increíble e inaudito, sobretodo pensando en sus recursos y en los que la época podía proveer a un viajero. El relato de Jesús muestra a mi papá pensando y haciendo en un solo instante. Este viaje yo creo que lo muestra en otra faceta. Pensando y planificando, madurando una decisión. También olvidando su orgullo para pedir trabajo a una dictadura. Pero necesitaba trabajar para su familia y para él. También quería reconquistar su automía. Le ofrecieron Monobamba y aceptó. Fue un exilio interno. Quienes han visto "Cristo se detuvo en Eboli" de Francesco Rosi podrán entenderlo mejor. Como lo he dicho fue un viaje tremendo. Cruzamos gran parte de la costa peruana y casi toda la Cordillera Central. Viajamos en camión, ómnibus, tren, camión otra vez en una ruta que era casi una senda y luego a mula o como yo, que fui llevado por mi papá en sus espaldas, mientras él caminaba la huella andina a pie. No había dinero para pagar otra bestia, pero sí la fuerza de un hombre en la plenitud de su vida. Partimos de los 600 ms. majeños a los seguro más de 4500 de la Cordillera hasta los 2 mil y tantos de Monobamba. Costa, Sierra y Selva. Majes, valle interandino de clima templado, costa desértica y mar llenos de nieblas y humedad como lo conocemos hoy, Lima metrópoli asombrosa, tren fascinante, cordillera fría e inclemente, selva cálida y pletórica. Ese viaje también muestra a nuestro padre valiente, decidido, lleno de coraje y confianza en sí, amante del trabajo, pionero y poseedor de un gran espíritu de aventura y sentido de descubrimiento. De paso, los destinos familiares muestran que ese viaje que él emprendió cambió para siempre la dinámica de nuestra familia.
Lo notable de todo esto, es que aún en estos lugares, como luego fueron Tambo y Limatambo, mi papá no dejó de leer poesía y coleccionarla, buscar diarios, revistas, juguetes, libros y traerlos a casa y leerlos con nosotros como hacía con El Comercio, Billiken o El Gráfico en Limatambo, como más adelante comprando Life o novelas de Dumas o Sienkiewics entre otras. Todo eso en una época en que al pueblo podía llegar un solo diario o había que destinar dinero que no abundaba a cosas de lectura. Eso también lo hemos heredado.
Por todo esto lo recordamos y nos alegramos por él este 5 de octubre de 2009.
Besos y abrazos para todos,
Gilberto
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